Merde alors ¿por qué no? Hablo de entonces, de Sèvres-Babylone, no de este balance elegiaco en que ya sabemos que el juego está jugado.

Sunday, February 17, 2008

El hombre que salía demasiado (such is winter, such the joy it brings)


Desde que oí en la tele que se sospecha que Chenoa está teniendo un affaire con uno de los componentes de Andy&Lucas -no importa cuál-, la realidad se ha vuelto insoportable y porosa, como un colador fabricado con cera: todo es torpe, fragmentario, amazacotado, parduzco y apenas retiene información. Tampoco importa si los rumores son ciertos, el mero hecho de que la relacionen con ese fulano la condena al tibio infierno de la mediocridad casposa. Eliminada Leonor -ay- y ahora también Laura, mis posibilidades de hacerme famoso por vía vaginal se reducen drásticamente a cero, porca miseria. ¿Qué me queda?: lo de novelista, pero confío menos en mis dotes narrativas que en mi oído musical. Hablando de música, el otro día me puse a hacer frenética limpieza de campamento y, bajo una docena de camisetas y carátulas de libros, apareció, silencioso y cubierto de polvo, mi viejo violín.


Hacía un puñado de meses que no lo sacaba de su funda así que abrí la cremallera para ver si había mejorado algo mi estilo -creo ciegamente en la ciencia infusa-. Al pasarle la mopa me di cuenta de que Re no estaba. Me sorprendió la velocidad con que la angustia se adueño de mi tracto faríngeo: me costaba respirar porque había visto muchas películas de asesinos sicóticos y temía que uno se hubiera hecho con Re y estuviera esperándome a la vuelta de cualquier esquina de la casa, con la cuerda en tensión, maquinando oscuros planes. Al menos eso era lo que afirma la zona StephenKing de mi cerebro; la zona KarlJung me tilda de fantasioso, de precipitado, de irracional, y me cuenta que el subconsciente intenta enfangar mi opinión sobre Velázquez seis para que me sea más asequible la huida: haciéndome creer que mi casa es capaz de esconder a un asesino insensible y diestro mutilador de violines, mi cerebro pretende destraumatizar la mudanza y es que, amigos y demás especies, parece que al final llega el final y esta semana que comienza tal vez sea la última bajo el techo nevado de Velázquez seis.


Pensar en Chenoa y en asesinos asfixiantes dio al traste con la morfínica sensación de volatilidad que me había dejado la borrachera de ayer. Me encantan los domingos con resaca, en fin, esos que terminan invariablemente en Los Prados con una de palomitas y cena grasienta después de alguna peli mediana. Una de las cosas que echaremos en falta de Oviedo será la proximidad de unos cines con macdonalds a un pequeño paseo de distancia, pero quizá las nuevas vistas y la calefacción gas ciudad nos ayuden a mitigar cualquier principio de amputación hipercolesterólica. De todos modos han sido tantas las mudanzas frustradas en estos meses que prefiero dejar las cajas de cartón aún en el armario, latentes: porque además me invade cierta tristeza de tamaño blog y creo que son muchas las cosas que aún me quedan por contar de Velázquez, en Velázquez, como si el calor confortable fuera a barrer de un plumazo la tristeza que hace girar mi mundoblog. Y qué si desaparecen estas páginas. Quizá comiencen otras, ya lo hice una vez. O tal vez no y me ponga en serio a novelizar la historia que me ronda por la cabeza hace años, un mundo en prosa, y así quizá pueda procurarme fama y dineros ahora que Chenoa tiene un affaire con ese cretino y Leonor es -ay- inalcanzable. Pero lo de la farra es incurable, no me canso de salir.



4 comments:

Anonymous said...

Velazquez 6 cierra en el momento idóneo, estoy segura de ello.
Mete en esas cajas de cartón solo aquello que realmente mereció la pena, el resto, como en toda mudanza, tiene excusa para quedar atrás.
Estoy ansiosa por inagurar el nuevo hogar de Cortazar y Baxter.

P.D: Si tambien queda atrás este blog, nunca olvidaré el regalo de esas primeras palabras.
35 días a pie nunca fueron tan cortos...
Fitz

tipodeincógnito said...

Tienes razón Miss Fitz, algo que nació tan lindo después de 35 días de odisea caminante no puede quedar atrás. Si tuviera que rescatar algo de todo el blog sería aquella primera entrada: motor de todo lo demás, fruto de mi estando sentimental de aquel invierno: gracias a vosotras por la sesión de despierting en modo blog.

Mireia Sala said...

Esto significa que cierras? Si es así, es una lástima, me gusta como escribes. Ah, y me encanta tu ciudad, allí aprendí a querer un poco, pero ese es otro tema!

Saludos!

Alberto Cuervo-Arango Rodero said...

Es posible que echemos de menos el frío, a Jesús el atracador, las cajeras del Día y del Alimerka, hasta a los vecinos...

En fin, vamos a dejar una parte importante de nuestras vidas allí.

Sob

No se cómo escribir el blog