Merde alors ¿por qué no? Hablo de entonces, de Sèvres-Babylone, no de este balance elegiaco en que ya sabemos que el juego está jugado.

Monday, August 06, 2007










In 1990, our first summer here, I bought an oversized blank book with Florentine paper covers and blue leather binding. On the first page I wrote ITALY. The book looked as though it should have immortal poetry in it, but I began with lists of wildflowers, lists of projects, new words, sketches of tile in Pompeii. I described rooms, trees, bird calls. I added planting advice: "Plant sunflowers when the moon crosses Libra," although I had no clue myself as to when that might be. I wrote about the people we met and the food we cooked.












Me encantaría poder convertir nuestra semana en italia en uno de esos relatos ligeros de romanticismo sobado y datos tangenciales, tan llenos de aire y cenas a la luz de la luna. Pero, aunque hubo lunas (y una, impecable, fue remontando el escenario a medida que transcurrían los dos primeros actos de Madama Butterfly, afilando nuestra sensación de estar metidos dentro de una de esas postales que se mandan desde Egipto con muchos besos y recuerdos y ojaláestuvierasaquí), el momento, si acaso, más excitante fue cuando estuve a punto de meter nuestro Fiat panda gris debajo de un trailer enorme al trazar, mal, una de tantas curvas, mientras atravesábamos la toscana, por carreteras secundarias, camino de Siena. Bien mirado, dijo alguien (no sé si yo), este es un sitio precioso para morir: campos de girasoles, viñedos, pueblecitos excavados en la montaña. Volvíamos a Roma después de haber pasado cuatro días visitando Florencia y sus alrededores (Lucca, Pisa, Viareggio, Torre del lago Puccini) y se me metió en la cabeza que no podía volver a casa sin haber pilotado bajo el sol de la toscana, qué gilipollez. Dejamos el coche a un puñado de metros de la casa en la que había nacido Garibaldi (Italia entera está llena de plaquitas por el estilo: aquí vivió Keats, en el segundo A de esta casa Mascagni compuso Cavalleria Rusticana, justo sobre este baldosín parduzco escupió Goethe un pedazo de tabaco de mascar antes de ir a la panadería) y nos bajamos dubitativos, temblando aún las piernas por el susto: Albert y Andrés llegaron a fundirse en un abrazo del tipo loconseguimos.








Hasta Siena, el viaje cumplía sus espectativas con una rigurosidad maniática de puntualidad suiza -y a todo lo imaginable (Uffizi, el Duomo, Santa María de la Novella) habíamos añadido una segunda cita operística cazada al vuelo: un Rigoletto simplemente delicioso en los jardines del palazzo Pitti, la última noche, que me dejó muy mal parado en mi defensa pucciniana frente a Verdi-; desde Siena todo tendió a mejorar. Hubo, incluso, una tarde de playa y muy señor mío con baño en el tirreno a la que ni siquiera yo, mr odiaplayas, fui capaz de negarme. Al terminar la jornada, Roma nos esperaba con una linda cena a orillas del Coliseo.








Ahora apenas me recuerdo (aunque me recuerdo) ante el panteón o bajo la capilla sixtina o por entre las ruinas del foro romano: mi mente se detiene sobre todo en los pequeños momentos clave: un vaso de agua en la cantina de la cúpula de la basílica de san Pedro, un buongiorno angelical de una monjita en la entrada de Santa Croce in Gerusalemme, diez minutos tumbados al sol pisano en los jardines del campo dei miracolo, entrar en el autobus que nos conduciría a Ciampino (y de Ciampino a Santander y de Santander a hoy), los tres escuchando Virgin Radio Italia en nuestros respectivos emepetreses, los tres vestidos con nuestras camisetas número 32 que Maccarone lleva en el Siena, y que en ese preciso instante pusieran Ziggy Stardust y pudiéramos cantarla y sentir, así, que más que una despedida aquello era un punto y seguido y que






So where were the spiders while the fly tried th break our balls Just a beer light to guide us So we bitched about his fans and should we crush his sweet hands?
Ziggy played for time, jiving us that we was voodoo The kids was just crass. He was the nazz With God given ass He took it all too far, but boy could he play guitar
Making love with his ego, Ziggy sucked up into his mind Like a leper messiah When the kids had killed the man I had to break up the band
Ziggy Played Guitar

5 comments:

Anonymous said...

Ni un comentario ....

Anonymous said...

... simplemente genial, " parafernalio " y alucinante ...

Anonymous said...

Welcome back! Bss

Alberto Cuervo-Arango Rodero said...

Pues sí, bro, quizá sea verdad y hayamos vuelto con los lápices recién tejados.
Qué demonios, reconozco tu ascendencia "manga" sobre mis necesidades cinematográficas.

Habrá que tomar medidas gástricas...

Shhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh...!

Alberto Cuervo-Arango Rodero said...

Pues sí, bro, quizá sea verdad y hayamos vuelto con los lápices recién tajados.
Qué demonios, reconozco tu ascendencia "manga" sobre mis necesidades cinematográficas.

Habrá que tomar medidas gástricas...

Shhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh...!