Merde alors ¿por qué no? Hablo de entonces, de Sèvres-Babylone, no de este balance elegiaco en que ya sabemos que el juego está jugado.

Tuesday, May 27, 2008

Trata de adaptarlo, P, por dios, trata de adaptarlo.

A Sidney Pollack

Este silencio sin excusa pesa sobre mi alma, querido lector, más de lo que soy capaz de echarme en cara, y me ha tenido acogotado mayo entero, inapetente y revuelto, un poco insoportable y con las manos apagadas, rendidas, en pausa prolongada. Me encantaría contarte que he ido aprovechando el tiempo para leer mucho, para ir al cine, para vivir mientras mis cuentos se iban amontonando en el tintero, y en la retina y en el cerebelo. Me encantaría contarte que, como justo hace un año, mis silencios los motiva un inesperado viaje por el adriático en el que se hiciera efectivo aquello de que para contar bien hay que admirar primero. Me encantaría, en fin, justificar mi ausencia con alguna frase categórica y heremítica del tipo: "me he encerrado a terminar mi primera novela, volvemos en septiembre". O que la culpa la tuviera la lluvia. O el Sporting.

Pero no, lo cierto es que desde que me ofrecieron una pequeña colaboración en un programa de radio nocturno, (de ámbito local y audiencia breve), y acepté, perdí la llave que abría mi puertablog, tapiando de paso la entrada al camino que me llevaba hasta ti. Una noche cerré con Juan Jesús Huerta dando sus primeras clases de guitarra y de pronto, no sé bien cómo, han pasado veinte días. Días de mucho y poco, días de nada, de charcos y cortes de pelo, de los que quizá solo se salve el momento en el que escuché mis palabras en la radio, en boca de otro pero mías, mi prosa que es mi voz para los que están lejos, y mi patria. Y si me perdonas, lector, si disculpas mis dislates, mi comportamiento avestruz, mayo habrá merecido la pena. Y que conste que tenía planes para nosotros, pensaba traer mis textos radiofónicos aquí para intercalarlos, y para recordarte que pienso en ti aunque calle. Pero fui incapaz de adaptarlos, perdían fuerza y color y sustancia (aunque quizá no la hubieran tenido nunca) al pasar por el filtro blog y me parecían impropios e injustos y torpes, endebles y vacíos. Ahora creo, sin embargo, que necesitan su propio espacio, no muy lejos de este puñado de papeles que sigo gastando en tu nombre, pero definitivamente otro espacio, y único, cuyo prólogo y final, cuya razón de ser sea mi primera aventura en las ondas, aventura que acaso se prolongue o amplifique, y si es así serás el primero en saberlo.

Y la mordaza se hizo migas por culpa de una frase y una muerte. La frase tuvo su origen en Albert, como casi siempre, y aunque no dijo exactamente lo que yo quise oir, me pareció que todo cobraba sentido de pronto y de nuevo; y lo que quise oir fue: "Además, Yolanda está muy cerca de Bélgica". Y no me importó que intentaran corregirme, ya mi mente gaseosa intentaba averiguar quién podía ser Yolanda y qué hacía tan cerca de Bélgica y porqué, estando tan cerca, no cruzaba la frontera, ¿tenía quizá prohibida la entrada al país, la habrían desterrado o repatriado o condenado a seis décadas de alejamiento nacional?. Todo eran sombras pero supe, en ese entonces sabatino y ovetense supe que Yolanda necesitaba mi tinta para cuajarse y respirar y luchar por regresar a Bélgica, de la que vivía muy cerca pero en la que nunca acababa por entrar. Y esta mañana, una muerte, la de Sidney Pollack, casi me obliga a fingir una de tantas gripes febriles, (en mí es lo normal), para quedarme en casa a escribir, para contar mi historia con mayo y dedicarle unas líneas a Pollack y ventilar todo esto un poco, para tirar abajo los muros que me alejaban de ti, lector, querido lector, después de veinte días de radio, silencio y lluvia.






I had a farm in Africa, at the foot of the Ngong hills. The Equator runs across this highlands, a hundred miles to the North, and the farm lay at an altitude of over six thousand feet. In the day-time you felt that you have got high up, near to the sun, but the early mornings and evenings were limpid and restful, and the nights were cold. (Isak Dinesen, Out of Africa)

4 comments:

Anonymous said...

sí, esto, ejem pero el post entonces iba a tratar de Yolanda ¿no? entonces por qué no trata de Yolanda? maldita sea bro, explícanos por qué Yolanda no puede entrar en Bélgica! espero que esto no sea sólo un burdo truco para mantener a tus lectores pegados a la pantalla, esperando otros veinte días a que se resuelva el misterio, mientras tus oyentes RTPAeros disfrutan de las letras escuchadas, en fin; ADELANTE CAMPEÓN (3 partiditos de ná...)

La reina de la miel said...

Te sabía, sabía que volvías. Siempre que vuelves lo noto un poco antes.
Es terrible y raro oir en voz ajena tus palabras mudas, ¿verdad?

Alberto Cuervo-Arango Rodero said...

Gracias por cuidarnos tanto, a veces se agradece.
En cuanto a Yolanda, creo que deberíamos buscarla en agosto por Europa.

"Sí bueno, yo compartía piso con él sabe, en realidad yo le animé a entrar en la radio.
Ahora Cecilia (mi guitarra) y yo escuchamos sus palabras en la noche"

y pobre del que quiera robarnos la ilusión

Anonymous said...

Ayer el mundo apareció un poco más huérfano de talento.

Te he echado de menos, querido Mr P.