Merde alors ¿por qué no? Hablo de entonces, de Sèvres-Babylone, no de este balance elegiaco en que ya sabemos que el juego está jugado.

Tuesday, December 19, 2006

Estaba triste y fui a la habitación de Albert para quejarme amargamente mientras él hojeaba uno de esos novelones austeros que tanto practica. Me senté en la silla rodante de oficina y esperé a que se dignara a prestarme un poco de atención. Aún sin decir nada, empecé a rodar de un lado a otro de la habitación con algo de desgana y sin ningún sentido. Al llegar a la altura del aparato de radio se ensombreció la señal y saltaron unos chisporroteos como fuegos de artificio con sordina; me eché un poco hacia atrás, tomé impulso y volví a enfrentar la radio cuya señal se ensombreció de nuevo: probé una tercera vez y luego una cuarta con igual resultado. Cuando, cinco minutos después, pudimos dominar las risas empecé a sentirme como un Dementor, un devorador de energías positivas, un dispensador de sombras y caras largas y pesadumbres.

No era la primera vez que me sentía igual: hace un par de veranos (durante otro de estos baches míos tan nadiemequiere y todoesgrisoscuro) estábamos al final de la típica fiesta de bañadores y ronbarceló, reunidos en una habitación chiquitita, hablando sobre lo humano y lo divino, cuando alguien descubrió uno de esos muñecos que los tocas y se ríen metálica y gramofónicamente. El muñequito se convirtió en el centro de atención de la velada y fue pasando de mano en mano, repartiendo risas y provocándolas, hasta que llegó a las mías callosas y ahí decidió callarse y no reir, casi como si fuera una elección propia del muñeco (o fui yo que no supe tocarlo de manera adecuada y entonces) Enseguida me arrebataron el juguete y no bien hubo abandonado mis dominios ya se estaba descojonando de nuevo, el muy cabrón. Si no hubiera llevado encima dos copas tal vez habría dejado las cosas así, como quien piensa: bah, menuda tontería, qué importancia tendrá; pero sí las llevaba y no me pareció nimio o casual, así que me levanté, le arranqué a Albert el muñequito de las manos (mi bro siempre presente en mis momentos más vergonzosos) y de nuevo se hizo el silencio: mis ojos enfrentaban los suyos inertes, de plástico o cristal, mientras mis dedos apretaban sus costados, sus pliegues, sus entresijos, sus alrededores, sus durezas, sus dunas, sus interioridades. Y nada.

No se rió el juguetito conmigo al igual que mi presencia oscurecía la voz de José Ramón Ripoll que en ese preciso instante daba paso a un concierto de Haydn por la sinfónica de Groznic. Llevo anclada la tristeza en los ojos, no ya solo melancolía, y con ella toco y mancho y oscurezco y cambio y entorpezco y sería tan lindo oir por una sola dichosa vez las risas del muñequito en mis manos, aunque para variar fuera, oiga.

Dementor (Vid. Wikipedia)

Es un ser repugnante que absorbe toda la alegría que puede de las personas, dejándolas con las peores experiencias de su vida (en los libros se explica que los dementores son las criaturas mas horrorosas que caminan por la tierra). Si puede, el dementor usará su última arma contra la persona, le administrará su beso, con el que le sacará el alma. Los dementores no caminan sino que se desplazan a unos 5 cm de la tierra, estos tienen la capacidad de crear una niebla y tornar el cielo muy oscuro, para debilitar a su víctima y así poder "alimentarse". La forma de combatir a un dementor es el complejo hechizo Patronus y para poder realizar este hechizo se debe tener buena concentración y pensar en las cosas agradables que le hayan sucedido.

Desde los auriculares: I don't want to spoil the party (Lennon/Mcartney)
:I don't want to spoil the party so I'll go,
:I would hate my disappointment to show,
:There's nothing for me here so I will disappear,
:If she turns up while I'm gone please let me know.
:I've had a drink or two and I don't care,

:There's no fun in what I do if she's not there,
:I wonder what went wrong I've waited far too long,
:I think I'll take a walk and look for her.

3 comments:

Alberto Cuervo-Arango Rodero said...

Querido bro, querido bandoneón sentimental, sos como un tango de arrabal, triste y mojado.

Contigo se pierden las ondas, se calla el muñeco.

Pero nosotros sonreímos

Don´t look back in anger...!

La reina de la miel said...

Un sopapo virtual te solmenaba yo ahora mismo...

Cayetana Altovoltaje said...

¿Era necesaria la aclaración sobre el Dementor?