Merde alors ¿por qué no? Hablo de entonces, de Sèvres-Babylone, no de este balance elegiaco en que ya sabemos que el juego está jugado.

Thursday, December 07, 2006

A Albert, a Fitz y a Rachel pero sobre todo a Albert, a Fitz y a Rachel

Treinta y cinco días a pie, pensó sin saber muy bien de dónde venía aquella frase: la habría oído acaso en el metro o en la cola del pan, a todo el mundo le suceden estas cosas a veces: se te queda grabado un fragmento de algo (una canción, un poema, una horterada deliciosa: son susurros entonces), ni una sola palabra, y no eres capaz de que abandone tus labios, te la vas repitiendo mientras paseas y piensas o trabajas o solo miras: treinta y cinco días caminando, y todo parecía tan sencillo, ¿no es cierto?
El caso es que la estación estaba atestada de gente con los cuellos subidos y las manos en los bolsillos del abrigo tres cuartos, dando como saltitos para ahuyentar al frío o el frío, el aire cubierto de gotas de lluvia y algo de vaho porque parecía que al fin el invierno se abría camino, en su cabeza resonando aún las palabras amables de aquel taxista cubano que le había ido dando ánimos, consejos y tabaco mientras la estación dejaba de ser una ensalada de luces entre la neblina y se materializaba y como que temblaba o eran sus manos las que temblaban y por eso la brasa del cigarrillo realizaba cabriolas dignas de cualquier efecto mariposa.
Recuerda haber repartido los yogures de toffe estratégicamente por la nevera -visual merchandising, cree que se llama esa técnica- para dar sensación de habitabilidad y ternura o solo de proximidad, mientras el supra procedente de Madrid está haciendo su entrada por la dársena 33 y ya Lucía y Fernando e Hidalgo (y para Hidalgo podría ser el último servicio si no demuestra compromiso y tenacidad y pasión) se preparan para recibir a sus clientes, brazos en alto y el carmín muy marcado para dejar una huella que luego se pueda rememorar en cualquier hotelucho de la Tenderina para eclipsar el solitario acto de deshacer la maleta y colgar las camisas en viejas perchas de plástico. Supone que no bien comiencen las hostilidades tendrá que parapetarse en alguno de sus garitos predilectos (una Botica, un Danny's, una Bola de cristal) para así sentirse como en casa, poder hacerse fuerte y abandonar la timidez y enfrentar sus ojos que destilan magia, dulzura y algo de rimmel al ritmo de Los Piratas, de Silvio o de Bunbury, aunque menos (esos ojos que no se cansan, ni se rinden y que huelen como a pan recién hecho o a Ruffles al jamón)La enésima bocanada de humo se funde con el vaho y con los gases del tubo de escape que renquea hasta morirse entre los pies de los viajeros que se van apeando como con recelo, sin querer abandonar del todo el útero mullidito del bus para afrontar el frío, las presentaciones nerviosas y, probablemente, la primera copa que ya estará enfriándose en esos mismos instantes. A su lado, Lucía recibe con abrazos y besos a Julián Ramírez, un arquitecto de 55 años que se quedó viudo hace dos y que apenas es capaz de contener el llanto al comprobar lo bien que hacen estos chicos del Despídete su trabajo, por dios. Piensa en tablas de paté venideras, en paseos con hilo musical (los veranos son tan grises, los otoños solos de violín), en visitas a Woody con las gafas mediadas, en cervezas amargas y sesiones de despierting. Piensa en todo eso y el autobús se va quedando vacío, aunque mientras quede una cabeza por sobre los asientos de felpa roja aún hay esperanza de que no lo hayan perdido o ni siquiera cogido, la esperanza de que nadie nunca le pueda decir que fue un sueño.
Después de tanto caminar, treinta y cinco días no son nada. Y aunque parece claro que al final no han venido, lo más probable es que recién se hayan ido y que todo aquello del humo, el taxista cubano y la sangría de sidra sean recuerdos de una noche y media tengo para compensar treinta años de no haberte conocido, mierda de vida. Y ahora Oviedo está como cojo o ausente o conteniendo la respiración o triste o apático o abúlico o incierto o ni siquiera está: ¿quién me ha robado el mes de Abril en andalucía?

Desde los auriculares: Get Back (Lennon/McCartney)
: Get back to where you once belonged.
: Get back Jojo. Go home

1 comment:

Cayetana Altovoltaje said...

Te mudaste sin avisar, esto no se hace. Tengo una situación crítica regarding Pato. ¿Esta noche habrá bola?