Este nubarrón está intensamente dedicado a Albert y a Jorge, cicerones de Bunbury en Coruña y tantas veces vigías.
No me llena de orgullo acatar con la cabeza bien alta la más-que-básica terminología climatológica para hablar de mis desavenencias, mis desdichas y mis revoluciones, pero en el ojo del huracán me resulta imposible no hablar del viento. Como si el aire pudiera enfriar esta necesidad de zarza ardiendo, de escalón fundamental a cada paso, de revelación con voz en off y dolby sorround, de apartar a un lado la mosquitera y caer en la jungla con los brazos desnudos. Como si la lluvia fuera a arruinar esta cosecha del 78 madura a borbotones, uva a destiempo en una cornucopia ne(u)roniana. Hoy, cuando todos mis cuentos empezaban "a la mañana siguiente", sigo siendo ayer; y seguiré siendo ayer hasta que no me quede nada y sean otros los que me cuenten o silencien o nostalgien. Cuando P cruce el espejo y empuñe la pluma por el lado de la tinta.
Mientras tanto, el tiempo sucede a tu alrededor con parsimoniosa simetría e inexorable cadencia renal, como una última pedalada antes del desgarro extraída del alma flaca. Te espero y te preveo sin conocerte, y no te espero pero te temo sin haberte escuchado sonreír y me impaciento y no. Eres solo un día más, otra gota desecha en el alfeizar, un resto de rocío evaporable. Te esperaba hacia las ocho, cualquier tarde, para irnos a gascona a tomar unas cañas y hablar de predeterminismo, del tarot, y de cómo tu sonrisa se dobla y espumea en un mar de cerveza y yo me vuelvo loco buscando en los bolsillos un chiste que te arranque el sí quiero a una próxima cita.
¿Y si mañana ya no me apetece?. Entonces decidiré que sigo siendo ayer y me sentaré cómodamente en una silla de mimbre a esperar que el remolino me desaparezca Kansas y me enseñe un Oz en el que adorar la exquisita manera en la que recorres el camino de baldosas amarillas con tus recién exprimidos escarpines, porque cuando uno se sienta a degustar el huracán es imposible no pararse a hablar del viento.
P
5 comments:
Me encantan todos tus deseos de espejos y huracanes...
Coruña república independiente y Bunbury...Qué más puedo pedir¿?
Mrs P
(De síndrome postvacacional()
Cuando uno se sienta a degustar el huracán es imposible no acordarse del viento.
¡Mentira!
Que mis últimas palabras sean para decirte algo, que para algo soy mayor que tú.
Los huracanes están en nuestra mente y lo que es aún peor en nuestro espíritu y en nuestas barreras y corazas.
Ésta mrs p, no se entera de nada, aunque lo mismo soy yo, la medio boba. O lo mismo si se entera, y tú sigues jugando al despiste.
Conmigo: ¡JAQUE MATE!
Lo dicho. Sayonara. Para mi ése término siempre significó mucho más que adiós; significaba: ¡Volveré!
Adeu. La Pirata se aleja por los mares del Sur, y estoy ilusionada, ¿que depararán?
PS. Preciosa entrada, por cierto.
Somewhere beyong the sea... MI LOVE WAITING FOR ME....
2ªPD. Aunque no confíe en tí ni lo más mínimo, aunque piense que me utilizaste para dar celos a otras, sigo confiando en tu capacidad como escritor.
Que vaya bien *:*
Pirata Z
http://cosasdeunannabel.blogspot.com/2008/10/blog-post.html
cuando uno se sienta a degustar el huracán es imposible no pararse a hablar del viento.
mmmmm
de nuevo he vuelto a leerlo, es genial. es genial, joder..cago en to, tio..el titulo ya es q es descojone del oso para mimosín. jaja...me encantó el tejido de, eres, y no eres,(soy incapaz de escribirlo con precisión) ..yy...
Como si la lluvia fuera a arruinar esta cosecha del 78 madura a borbotones, uva a destiempo en una cornucopia ne(u)roniana (esto es antes del tricotado) jaja Un beso. joder..eres estupendo, tio.
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